Piedecuesta:
200 años de historia produciendo panela para Santander

Bienvenido al Centro de documentación de la memoria oral asociada a la producción de panela en el municipio de Piedecuesta en Santander (Colombia). Con esta iniciativa deseamos brindar un recorrido que permita al público conocer la historia de este sector de la agroindustria en Piedecuesta y su importancia para la historia nacional, a través de los relatos orales recolectados entre los cañicultores del municipio.
El material audiovisual, audios y fotografías fueron recolectados en campo en el marco del proyecto de investigación de semillero “Diseño de un museo didáctico digital para la promoción y puesta en valor de la tradición oral asociada a la producción de panela en el municipio de Piedecuesta, Santander” con código BIS-005-0123-H. Un proyecto financiado por la Dirección de investigaciones de la Universidad Pontificia Bolivariana, seccional Bucaramanga.
Los relatos biográficos que reúne esta colección son piezas únicas, donde se preserva y comunica la historia de la cañicultura en la Región. Cada audio que escuchará es un fragmento de la historia viva de los productores de panela en Piedecuesta.
Le invitamos a dejarse envolver por sus voces. En ellas habitan saberes ancestrales, anécdotas del trabajo diario, alegrías compartidas y desafíos que han forjado esta tradición. Escuchar es también una forma de cuidar la memoria.
Agradecimientos especiales a los estudiantes del Semillero en Derechos humanos y cultura de la UPB y Semillero de Investigaciones Antropológicas – SIA de la UDES, así como a todos los que en alguno momento estuvieron vinculados en el proceso de recolección, sistematización y presentación de resultado de esta investigación.
Este trabajo está dedicado a los productores de panela del municipio de Piedecuesta en Santander y cada uno de nuestros informantes que en representación de este sector de la agroindustria nacional nos brindaron la oportunidad de conocer su historia.
Cuando Piedecuesta era la capital de la caña

Más de 200 años de tradición
El trapiche San Cristóbal es uno de los trapiches activos en el municipio de Piedecuesta para el año 2023.
Sus orígenes se remontan a hace casi seis décadas, cuando Cecilia Suárez de Hernández y Luis Jesús Hernández Rojas adquirieron estas tierras.
Con el paso del tiempo, de las 40 hectáreas originales, hoy quedan 18, de las cuales 7 siguen dedicadas al cultivo de caña.
Escuche a continuación la historia de la cañicultura en las voces de quienes mantienen viva esta tradición:
"Molé, trapiche, molé, molé la caña en tu muela, de la caña sale miel, y de la miel sale la panela".
“Piedecuesta tiene tres pilares económicos en la parte agraria que son la caña de azúcar, el tabaco y la mora, no son más".
Erick Hernández, administrador del trapiche san Cristóbal
Erick Hernández, administrador del trapiche san Cristóbal
"A Colombia llegué tras un viaje largo por mar"
"A Colombia llegué tras un viaje largo por mar"
Alfonso Castillo administrador de la hacienda y trapiche Rio Lato
Alfonso Castillo administrador de la hacienda y trapiche Rio Lato
Trapiche Rio Lato tomada por Carlos Eslava Flórez (1935-2014), fotógrafo santandereano.
Trapiche Rio Lato tomada por Carlos Eslava Flórez (1935-2014), fotógrafo santandereano.
Familias cañicultoras y trapiches de antaño
El trapiche Río Lato se encuentra en el sector de Gutiguará y pertenece a la familia Duran.
Según el relato de los productores locales, las primeras familias en impulsar la producción panelera en la región fueron los Figueroa y los Rey, junto a Marcos Durán, antiguo dueño del trapiche Río Lato. Fueron ellos quienes, desde hace más de un siglo, promovieron el cultivo de caña y la fabricación de panela, estableciendo las bases de esta tradición en Piedecuesta.
Con el paso del tiempo, muchas de estas familias dejaron la cañicultura y sus tierras tomaron otros destinos.
Familias productoras de panela y trapiches de antaño en Piedecuesta
Familias productoras de panela y trapiches de antaño en Piedecuesta
Escuche a continuación sobre las familias cañicultoras del municipio a inicios del siglo XX en la voz de quienes mantienen viva esta tradición.
"Había 20 trapiches en todo alrededor de Piedecuesta, del municipio de Piedecuesta".
El oficio de la caña
El trapiche Pajonalito, ubicado en el sector de Barro Blanco, es un testigo silencioso de más de 200 años de historia en Piedecuesta. Conservaba una de las pocas infraestructuras originales de molinos de caña hidráulicos.
El proceso de molienda se ha transformado con los años: primero, fue a mano golpeando la caña; luego, con ruedas de piedra movidas por personas. Más tarde, los molinos de madera y piedra incorporaron la fuerza animal hasta que el agua impulsó los primeros trapiches hidráulicos. Con la reducción de caudales, llegaron los motores a ACPM y, finalmente, los eléctricos, como el de Pajonalito.
Te invitamos a recorrer una galería visual que captura los objetos, herramientas y espacios que dan vida al trabajo en los trapiches de Piedecuesta. Cada imagen retrata no solo utensilios y escenarios del proceso panelero, sino también las huellas del saber campesino, el ingenio cotidiano y la memoria viva.
Joaquín García Serrano, administrador del trapiche san Cristóbal
Joaquín García Serrano, administrador del trapiche san Cristóbal
Escuche sobre el trabajo de la cultivar, cuidar y moler caña de azúcar a inicios del siglo XX en la voz de quienes mantienen viva esta tradición:
“Toda la panela en Piedecuesta es buena panela […] panela sin químicos, el mero guásimo que se le echa para que esclare la panela, para que esclare la cachaza".
Pasado y presente del oficio de la caña

Cooperativa Panelera de Santander (Coopanelas)
La Cooperativa Panelera de Piedecuesta nació en el 2 de octubre de 1939, cuando la caña de azúcar movía la economía local y los productores decidieron organizarse. Arrancó con 40 socios, más o menos los trapiches que había en el municipio. En toda la región, sumando Girón y Floridablanca, eran unos 200 trapichee, en total 15 mil hectáreas de tierra dedicadas al cultivo de caña.
Coopanelas empezó en Piedecuesta, luego pasó a Bucaramanga (1961), primero en la 17 con Quebradaseca y después en Centroabastos, y ahí terminó. Toda la panela tocaba llevarla allá, y ellos la vendían. También de ahí salían los insumos: gaberas, abono, todo con ellos. Pero con el tiempo, mucha gente se salió preguntándose: “Bueno, pero ¿y nosotros qué ganamos?”.
Escuche la historia de la Cooperativa Coopanelas en la voz de quienes mantienen viva esta tradición.
“Cuando la panela no cuajaba estaba la Licorera (…) Se molía en el guarapo, en miel, y la licorera la tomaba. La Licorera Santander. En la subida de Cajasan ahí era la licorera".
Fotos Coopanelas – Piedecuesta- Archivo Erick Hernández.
Fotos Coopanelas – Piedecuesta- Archivo Erick Hernández.
“Conozcamos más sobre nuestra historia”
“Conozcamos más sobre nuestra historia”
Herramientas y escenarios de trabajo durante la molienda.
Herramientas y escenarios de trabajo durante la molienda.
Herramientas y escenarios de trabajo durante la molienda.
Herramientas y escenarios de trabajo durante la molienda.
“Llegó la molienda mano, hoy toca motilada”
“Llegó la molienda mano, hoy toca motilada”
Movimientos sindicales
El trabajo en la panela arrancaba antes del amanecer. A las 5 ya se estaba en el trajín, porque siempre ha sido un oficio duro. Da para comer, pero hay momentos difíciles. Hace un par de años la caja se vendía a 60, 65 pesos; hoy no pasa de 40.
Antes la vida era más dura. No había el reposo de ahora, pero tampoco la gente era tan reacia al trabajo. A las 5:30 ya los burros estaban listos, y a las 8 se desayunaba rápido, un caldito y hágale. Lo mismo al almuerzo: lo que duraba en comerse y de vuelta al trapiche. La molienda era de 24 horas y los trabajadores comían cinco veces: a las 5, mediasnueve, almuerzo, onces, cena y jiagua a las 11 de la noche. La jiagua era un caldito, a veces con carne o pollo, a veces sin nada.
El trabajo de producir panela es un saber que se aprende con las manos, el cuerpo y la experiencia compartida. Cada herramienta y cada rincón del trapiche cuentan una historia.
Te invitamos a disfrutar de estas infografías que ilustran los instrumentos, espacios y labores esenciales para cultivar, cuidar y transformar la caña de azúcar en panela. Aquí encontrarás representaciones gráficas que hacen visible lo que muchas veces permanece oculto: la complejidad y belleza del trabajo campesino.
Explore, aprenda y valore lo que hay detrás de cada pedazo de dulce. Escuche sobre los sindicatos y conflictos asociados a las regulaciones laborales a finales del siglo XX en la voz de quienes mantienen viva esta tradición.
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“No sólo Piedecuesta, sino el área metropolitana de Bucaramanga vivió (…) de la caña de azúcar”
Desruralización de municipio- POT y un futuro incierto
La reducción de trapiches comenzó con la muerte de los antiguos dueños. Al faltar ellos, las familias vendieron las tierras y con ellas se fue la tradición. En las primeras décadas del siglo XX, todo siguió igual: la gente trabajaba la caña sin mayores cambios. Pero en la segunda mitad del siglo, los sindicatos impusieron nuevas reglas a los trapiches: horarios, pagos, obligaciones. Los dueños, ante tantas exigencias, optaron por cerrar.
Para finales del siglo XX, la venta de tierras se volvió el nuevo negocio. La caña cedió espacio al cemento, y el Valle de Guatiguará, junto con Mensulí y otros valles del municipio, quedó ocupado por construcciones.
Con la venta de tierras, se sembró menos caña. Con menos caña, los trapiches molían menos. Al mismo tiempo, el mercado cambió y las exigencias aumentaron: pisos esmaltados, esquinas redondeadas, higiene estricta, uniformes, guantes, tapabocas, envolturas plásticas en lugar de hojas de caña. Lo que antes se hacía con lo que daba la tierra, ahora debía comprarse.
A inicios del siglo XXI quedaban solo siete trapiches en Piedecuesta. Hoy, apenas tres siguen en pie: Bore, San Cristóbal y Los Cauchos.
Le invitamos a descubrir la riqueza de saberes, sabores y tradiciones que emergen del procesamiento artesanal de la caña de azúcar para la producción de panela. Cada producto y subproducto que describimos —desde bebidas ancestrales hasta dulces de la tierra— cuenta una historia viva del campo santandereano. Explore este recurso interactivo y déjate sorprender por la creatividad, el ingenio y la memoria.
Haz clic en cada imagen y conoce más sobre panela y otros frutos de la cañicultura que forman parte de nuestra identidad y territorio.
Escucha la historia de los últimos trapiches activos en Piedecuesta y la del proceso de desruralización del municipio a inicios del Siglo XXI en la voz de quienes mantienen viva esta tradición.
“Tener un trapiche sin caña es como tener a la mama pero tenerla muerta”.
“Gracias por visitar nuestro museo y a tomar agua de panela mano”
“Gracias por visitar nuestro museo y a tomar agua de panela mano”