El impacto

Durante los 847 días de pandemia, los colombianos vivieron una cruda realidad que no solo arrebató vidas, sino que dejó un impacto económico, social, educativo y ambiental significativo.

En términos de empleo, el Ministerio de Hacienda reportó que solo entre febrero y abril de 2020 se perdieron 5,9 millones empleos y la Defensoría del Pueblo informa que al menos medio millón de empresas y microempresas tuvieron que cerrar por la crisis.

Asimismo, en la educación se vivió un gran desafío. Ante el cierre de todas las instituciones educativas, se implementó la estrategia de la virtualidad aún con todas las brechas digitales que tiene el país. Según el Ministerio de Educación, fueron más de 100.000 niños, niñas y adolescentes que dejaron los colegios en medio de la pandemia, se aumentó el índice de repitencia y el rendimiento académico disminuyó.

Sin embargo, en medio de la angustia, el medio ambiente tuvo una respuesta positiva ante la disminución de la actividad humana en las calles. La calidad del aire empezó a mejorar en las capitales, se veían más animales en las zonas rurales y urbanas, los mares más azules y la tierra tomó un respiro.

Así, la pandemia quedó marcada en la historia como el momento en el cual el mundo se detuvo y mostró la fragilidad de la humanidad.

Fabián en primera línea

Fabián Andrés Bermúdez Durán tiene 39 años, es profesional de enfermería con énfasis en cuidado crítico y desde hace 11 años trabaja en la unidad renal, hemodiálisis y paciente peritoneal en el Hospital Regional Manuela Beltrán del Socorro, Santander.

Cuando llegó el Covid no cumplía la función de atender a los infectados, pero a todo el personal de salud le tocó ayudar para afrontar la crisis debido a la poca cantidad de profesionales.

Aún con miedo, se le midió a seguir ayudando y ser la primera línea por amor a su trabajo. Con su labor alcanzó a atender más de 1000 pacientes en el Socorro.

Margarita en casa

Margarita Vargas Bautista hace parte del Concejo Municipal de San Gil, Santander. El inicio de la pandemia en la región es una fecha que no olvidará nunca.

A través de sus vivencias, Margarita hace un llamado a las autoridades para que den respuesta y avancen en el mejoramiento del Hospital Regional de San Gil, pues con la emergencia sanitaria quedó claro que se necesitan mejores instalaciones y recursos médicos.

De la academia a la acción

Laura Andrea Rodríguez Villamizar es médica, doctora en epidemiología y directora del departamento de Salud Pública de la Escuela de Medicina de la Universidad Industrial de Santander - UIS.

Durante la pandemia fue la directora académica del Puesto de Mando Unificado (PMU). Esta estrategia fue adoptada por la Gobernación de Santander y la Secretaría de Salud para afrontar la emergencia y tomar decisiones en alianza con clínicas, hospitales, universidades, entidades territoriales y profesionales de la salud. Un trabajo de ocho salas, donde se brindó asesoría y el conocimiento necesario para encontrar soluciones en el menor tiempo posible, desde la búsqueda de casos, confirmación, diagnósticos, hasta capacitación y formación a la comunidad.

La historia que casi no se cuenta

Reinaldo Ardila Castro duró 27 días entubado y 33 días en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Su historia refleja a miles de personas que padecieron los efectos más severos del Covid - 19.

Aunque no recuerda mucho sobre lo que vivió, reconoce que su familia fue la que más sufrió la angustia y la incertidumbre sobre su vida.

Hoy dice que su vida es un milagro. Los médicos no le dan muchas esperanzas de vida, pero como un santandereano berraco, dio la lucha hasta salir de la enfermedad.

ECMO, una esperanza de vida

Por sus siglas en inglés, ECMO significa Oxigenación con Membrana Extra Corpórea y es una terapia de alta tecnología de reemplazo orgánico, donde un órgano artificial reemplaza la función del corazón y del pulmón por fuera del cuerpo. Es un sistema que se utiliza como terapia de rescate o último recurso en pacientes con enfermedades críticas del pulmón o del corazón que ponen en riesgo la vida de manera inminente.

Entre el 2007 y 2008 , la Fundación Cardiovascular de Colombia - FCV y el Hospital Internacional de Colombia -HIC comenzaron a implementar esta terapia.

Para la pandemia, esta tecnología fue clave para salvar vidas.

Leonardo Salazar es el médico que dirige el programa de ECMO y corazón artificial en la FCV - HIC en Bucaramanga. En junio del 2020 atendió al primer paciente con esta terapia. Hacia agosto del mismo año, el crecimiento de pacientes creció de manera exponencial y desde ahí toda la capacidad instalada de la unidad estuvo ocupada durante dos años y medio.

De las 9 unidades que habían en un inicio, se llegaron a tener máximo 24 en los picos más altos de contagio y se lograron atender al rededor de 232 pacientes con este largo tratamiento con una efectividad del 54%.

A pesar de la solidaridad con todo el personal médico, la experiencia del Covid - 19 fue traumática, que trajo consigo problemas personales, familiares y de salud para todos ellos.

Tener la unidad ECMO permitió que Santander fuera una de las regiones con menor mortalidad poblacional y dentro del hospital que ningún miembro falleciera a pesar de la gravedad.

Después de Covid la terapia ECMO se conoció más y se tomó la conciencia de su importancia. Hoy sigue utilizando para enfermedades que causan daño pulmonar al igual que el Covid pero con menor complejidad.