El oriente pelea

"No es más fuerte quien vence a otros, sino quien vence a sí mismo".

Lao-Tsé

Alexander Tello

Teaekwondista

Soy Alexander Tello, tengo 27 años y desde que tengo memoria el taekwondo ha sido parte de mi vida. Empecé a los quince años gracias a mi papá y al maestro Giovanni Echeverry, quien dejó una huella imborrable en mi formación. Aunque exploré disciplinas como el Muay Thai, el Jiu-Jitsu y las Artes Marciales Mixtas, el Taekwondo siempre fue mi base, la raíz de todo. Más allá de las técnicas y los combates, el arte marcial me enseñó valores fundamentales: respeto, disciplina y perseverancia. No ha sido solo un deporte, ha sido mi escuela de vida, una fuente constante de crecimiento personal.

Mi camino no siempre fue lineal. En algún momento de mi vida, entré al Ejército buscando encontrar un propósito y, más tarde, participé en la primera línea durante las manifestaciones sociales. Fue una etapa intensa, llena de desafíos internos y externos. Sin embargo, sentí que debía volver a mis raíces, reencontrarme con el deporte que me había formado. Retomar el Taekwondo no solo me devolvió la dirección, sino que transformó mi vida otra vez. Volví a enseñar, volví a construir, volví a ser quien verdaderamente soy, dedicado a formar a otros a través de las Artes Marciales.

El guante de Mai, un símbolo del legado que dejó...

"No quiero pelear": La última lección de Mai

Mai era mi alumno. Él encontró paz después de una competencia, me dijo que ya no lo afectaban los conflictos. Estaba creciendo, pero fue justamente esa actitud pacífica la que lo llevó a la muerte: salió feliz ese día y, al ser atacado, no respondió con violencia. Se rindió con los brazos abiertos y solo dijo: “Uy, ñero, me mató...”.

Ese gesto lo convirtió en un verdadero cinturón negro, eligió la paz sabiendo que podía pelear. Su muerte dolió, pero también inspiró. Los niños entrenaron más, tuvimos un campeón mundial y mi madre compró la casa de entrenamiento para que su legado siguiera. Mai vino por una oportunidad y nos dejó una lección: la verdadera fuerza está en la paz.

Matías y Slash, 2 alumnos de Alexander que son prospectos en MMA

Matías tiene 10 años, su madre entrena jiu-jitsu y su padre lo apoya profundamente. Dos de los grandes referentes de "Mati", son Conor Mcgregor y Khabib Nurmagomedov.

Slash tiene 12 años y sueña con que sus papás y su abuela, quien lo acompaña desde el cielo, lo vean ser un ícono en las artes marciales mixtas a nivel mundial.

Slash con su padre

Matías con su madre

Alexander ha sido parte de la formación deportiva de estos dos pequeños, y el camino que ambos eligieron seguir, fue el de las artes marciales mixtas (MMA).

La indumentaria

Su medalla más importante (Nacionales 2023)

La bandera con la que estuvo en la primera línea

Sus medallas y diplomas

"Mirando hacia el futuro, mi sueño es ver crecer esta escuela como un centro de alto rendimiento que abarque varias disciplinas. Me motiva cada niño que supera sus límites, cada joven que elige no rendirse ante la vida. También sueño con una vida tranquila. No busco lujos, busco paz. Como me enseñó mi papá, aunque no siempre estuvo presente: los sueños son para perseguirlos y concretarlos. Y en eso estoy cada día, construyendo no solo mi propio camino sino el de muchos otros".

Isabela Garnica

Luchadora

Mi nombre es Isabela Garnica, tengo 15 años, soy una niña enérgica e inquieta. Aunque de pequeña me gustaba el ballet, ser luchadora olímpica cambió mi vida por completo. Mi papá, aficionado a la lucha, me llevó por primera vez al Coliseo y desde ese momento fue amor a primera vista. Mi profesor Sergio Arias vio mi talento y me empezó a entrenar duro, logrando que en solo seis meses pudiera competir en los Juegos Nacionales Juveniles en Cali, donde tuve buenos resultados. Con el tiempo he participado en nacionales y en el extranjero; en Panamá (subcampeona) y Brasil (campeona).

"Mis papás apoyan mi formación, y aunque mi mamá no entiende mucho este deporte, su respaldo es muy importante para mí. He aprendido a decir "no" a muchas cosas para mantenerme enfocada en mis metas. Quiero estudiar medicina y especializarme en medicina deportiva y fisioterapia. Mi sueño es competir en unos Olímpicos, y aunque no me veo viviendo solo de la lucha, si en algún momento decido dejarla, quiero seguir vinculada al deporte desde mi profesión".

Isabela con su apoyo más grande, sus padres.

Isabela con su profesor de lucha, Sergio Arias.

Sus galardones

"La victoria siempre es para aquel que está dispuesto a luchar más duro" Igor Zatsepin.