Una ilusión a más de
8000 Km

Diana Delgado y Víctor Ortega

Esta es la historia de una pareja que tuvo que vivir 3 meses separados a causa de una pandemia que afectó el mundo entero. Y no solo los distanció, sino frenó sus planes de matrimonio y de permisos para su compromiso en la lejana España, lo que generó incertidumbre, estrés y ansiedad.

Ella es Diana Delgado, una bumanguesa de 31 años; él, Víctor Ortega, de 31 años y originario de Madrid. En 2014, sus destinos no hallaron mejor lugar para cruzarse que en el Club Social Mint, en Bogotá. Desde aquel momento, Víctor sintió algo más que solo mariposas, fue una “conexión inexplicable” por Diana, que lo motivó a pedir su número y comenzar una amistad que duró 9 meses, tiempo suficiente para comenzar una relación.

A mediados de 2015, probaron suerte mudándose juntos, ¡y les fue tan bien que, 3 años después, se fueron juntos a Ciudad de México! El trabajo inicialmente era de Víctor, por lo que Diana, tras varios intentos por conseguir empleo en un país diferente, dio origen a un emprendimiento de bolsos hechos a mano y nombrado como su creadora, y así nace en 2018, Diana Delgado, una marca colombiana de artesanos colombianos y mexicanos

Pasaron 5 años desde que se conocieron cuando platicaron sobre la posibilidad de oficializar su relación ante la ley y formar una unión “hasta que la muerte los separe”. Es por ello que en diciembre de 2019 abrieron un expediente de matrimonio en España para poder casarse oficialmente. Lo que no se imaginaban era lo que se vendría alrededor del mundo.

A principios de 2020, Diana tuvo la necesidad de viajar sola a Colombia para dirigir la nueva colección de su marca y lanzar al mercado. Sin embargo, nunca se imaginaron que este lanzamiento duraría más de 6 meses, pues la emergencia sanitaria por el Coronavirus cerró aeropuertos en Colombia y España, dejándolos completamente distanciados sin previo aviso, por lo que quedaron a más de 8000 kilómetros de distancia, unidos por la tecnología.

Una mañana de marzo, en medio de este aislamiento, llegó a sus correos el tan esperado mensaje de aprobación de la solicitud de matrimonio, por lo que comenzaron desesperadamente conseguir un viaje para Diana, incluso un vuelo humanitario. Hablaron a todas las aerolíneas posibles y siempre existían negativas.

No se dejaron derrumbar y día tras día saturaban las bandejas de entrada de las entidades humanitarias, y, tras mucho tiempo, en agosto se autorizó a través de la policía fronteriza española este viaje para convertirse en marido y mujer. El vuelo Bogotá-Madrid se materializó el 4 de septiembre, y con palpitaciones, ojos aguados y mariposas en el estómago, luego de mucho tiempo se abrazaron y su mundo se paralizó, casi tan especial como el 11 de septiembre que se convirtieron en “el matrimonio más feliz del mundo”, según la jueza.

Ahora, los felices recién casados residen en México y son eternamente felices juntos. “Duro, sí. Difícil, sí. Que nos extrañábamos, como locos. Pero lo manejamos con mucha madurez y tranquilidad”, afirma Diana, apretando de la mano a Sergio, su esposo.

Y de esta manera, se hace realidad una ilusión a más de 8000 Km...